Todo lo que tienes que saber para cambiar la hipoteca de banco

A veces no ser expertos en ciertos temas y materias nos juega una mala pasada y, cuando de hipotecas se trata, el asunto es más complicado. Puede pasar que, por la prisa o la falta de conocimiento, hayas escogido una buena oferta de financiación; pero, que un día, encuentres una oferta mejor y quieras cambiar la hipoteca de banco.

Cambiar tu hipoteca de banco es sencillo

Dicho lo cual: ¿sabes qué hay que tener en cuenta para llevar tu hipoteca a otra entidad?

En primer lugar, tienes que saber que, al ser cliente, tienes derecho a escoger el banco que más te guste. Ni el contrato ni la sucursal pueden retenerte si tu deseo es marcharte. Seguramente te ofrezcan mejores alternativas, pero, si no te interesan, no estás atado a clausulas de permanencia, así que en el caso de querer irte, puedes hacerlo.

1. Revisa muy bien las condiciones del banco de llegada

Esto es tan importante como exponer el caso y compartir la razón de tu decisión de marcharte en el banco de origen. Es fundamental averiguar en la sucursal a la que quieres cambiarte cuáles son las condiciones y posibles restricciones que puedan existir al abrir un nuevo contrato con esta nueva entidad. Normalmente, ningún banco acepta la movilidad con clientes que no hayan completado 3 o más años con su antigua entidad.

2. Puede que el banco te ofrezca mejores alternativas

Así es. Muchas veces, cuando un cliente decide irse, el banco le ofrece nuevas alternativas y ofertas para evitar su marcha. Llegados a este punto, es recomendable que prestes atención a lo que te dicen, ya que, en ocasiones, la anulación del contrato conlleva gastos que quizá no tenías previstos.

3. Tramitar de nuevo los documentos te costará dinero

Este es, quizá, el punto más tedioso de todo el proceso. Si bien es cierto que puedes cambiar la hipoteca de banco, hay que tener muy en cuenta que hacerlo significa pagar un tipo de indemnización al banco de origen y los derechos de apertura en el banco de llegada.

Sin embargo, aunque el Gobierno regula estos cobros, la idea sería no incurrir en gastos que resulten en pérdidas para el cliente. Adicionalmente, debes pagar un impuesto que representa un valor no inferior al 1 % sobre el valor de la hipoteca anterior; y, finalmente, se te pedirá tasar el inmueble nuevamente y registrarlo en notaria, tal y como seguramente lo hiciste la primera vez.

En consecuencia es importante que, en el momento de empezar este trámite, pidas desglosar los gastos pendientes a tu banco para conocer qué estás firmando. Una vez tengas sobre la mesa toda la información, podrás saber cuánto tienes que pagar mensualmente por tu hipoteca. Conocer todos los datos hará que no te lleves más sorpresas en un futuro.

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